
El "natsu matsuri" vendría a ser el conjunto de
los festivales que se realizan durante el verano ("obon",
"tanabata", "hanabi taikai", etc.); y que por lo general son de carácter religioso.
Es una tradición que encierra tanto supersticiones como curiosidades. Según se
dice, es en estos meses donde el calor suele traer plagas y por consiguiente
enfermedades (independientemente de los efectos que puede provocar el calor
afectando la salud). Los incendios se hacen más frecuentes y por si fuera poco,
el clima anuncia una temporada con tifones. La mayoría de personas están de
vacaciones; las calles se congestionan y el calor hace cambiar de humor a las
personas, vale decir que todo guarda relación entre sí y es aquí donde entran
los "matsuri".
Es la época donde se combinan alegrías y penas, pues
paralelo a los alegres festivales, también se rinde culto a los antepasados y a
los difuntos con una serie de ritos (obon); por ello se dice que es la
temporada donde los seres que habitan el mundo "no terrenal" llegan
para visitarnos, esto incluye desde las almas de personas (concretamente de los
parientes que nos visitan y son recibidos con alegría) hasta las almas crueles.
Es por ello que se realizan diversos ritos tanto como para atraer a los
parientes como para ahuyentar a los malos espíritus; y aunque quizás suene un
poco infantil para Occidente, es algo tradicional contar historias de terror
par sentir "escalofríos” para combatir el calor, algo que podemos constatar
viendo la televisión japonesa en esta época. Haciendo un breve paréntesis como repaso histórico, un
mes de agosto el terrible bombardeo nuclear sobre las ciudades de Hiroshima y
Nagasaki que terminó por llevarse muchas vidas, marcando una nueva página en la
historia del mundo.
Si bien entre la mayoría de la población nipona se tiene
el concepto del "obon" con el mes de agosto (mediados de mes), en
otros lugares se realizan en el mes de julio. Por otro lado, también existe una
fecha que es inestable llamada " kyuu bon"( 旧盆 ) o
"obon lunar", esta variante de fechas se debe a la influencia en
Japón del calendario gregoriano (solar), cuando antiguamente se solía usar el
calendario lunar, por ello se podría decir que existen 3 "obon":
mediados de julio, mediados de agosto y el obon lunar (que varía de fecha por
ser independiente del calendario gregoriano).
Visto lo anterior podemos decir entonces que el verano es
una temporada de poca suerte y esto los japoneses lo saben, para ello se pasea
por las calles a una deidad sobre un altar (omikoshi) para alejar lo malo y
bendecir las calles. El matsuri de verano celebra también que hayamos llegado a más
de la mitad del año sin dificultades (grandes desastres), también es una forma
de agradecer a la deidad y pedir por continuar el año a bien.
En Japón, cada estación del año nos trae una serie de
tradiciones que van desde la comida hasta costumbres que van pasando de
generación en generación por lo que es común ver que los japoneses relacionen
pronunciadamente el verano con algunos platos, objetos y actividades; entre los
que podemos mencionar el "unagi" (anguila). Si de actividades se
trata, podemos ver a los niños salir a la caza de los "kabutomushi"
(escarabajos), una actividad muy popular que también ha llegado a trascender
hasta en algunos adultos.También podemos oír en todos lados a los "semi” (cigarras),
sonido molesto para unos y "refrescante" para otros , llegando
incluso a vender aparatos como ventiladores que pueden emitir este sonido.
Bebidas como el "mugicha"( cebada ) y postres como el
"kakigoori" (hielo raspado), son también, pese a su simplicidad,
parte del verano japonés desde muchas décadas atrás.
A pesar de la modernidad y tecnología, pese al
transcurrir de los años, Japón aún conserva muchas costumbres que a más de un
adulto transporta a su niñez y que procura conservarlas en el baúl de sus recuerdos
que son abiertos en esta época de verano.
Por: Luis Guillermo Shimabukuro para el espacio "Japoneando" del programa radial "Salsa Latina"