El Karaoke
(カラオケ) es, sin duda, uno de los entretenimientos más populares (para
gente de todas las edades) no solo en Japón sino en el mundo entero.
Ideal para reuniones en grupo, el karaoke es un sistema que nos permite
cantar con pistas de canciones siguiendo la letra de las mismas que
aparecen sobre una pantalla y teniendo todo el acompañamiento musical
respectivo. Etimológicamente proviene de la palabra "kara” (空), que
significa "vacío”; y oke, abreviatura japonesa de la palabra
inglesa orchestra (オーケストラ, okesutora), en español "orquesta”. Lo que
significa que la orquesta toca "en vacío”, sin cantante. Esto permite
que cualquiera —hasta usted o, en el peor de los casos, este servidor—
pueda usarlo como acompañamiento para su performance.
La primera máquina
de karaoke la inventó e introdujo, a la sazón en los inicios de los
años 70, el cantante Daisuke Inoue, quien se dio cuenta del potencial
del sistema al ser consultado insistentemente por los asistentes a sus
conciertos por grabaciones, para poder cantar con ayuda de ellas. Él
comenzó rentando estas máquinas —que funcionaban con monedas— a diversos
establecimientos, y esta forma de entretenimiento comenzó a
popularizarse. Las primeras máquinas utilizaron cintas magnetofónicas y
más adelante el sistema se implementó con CD’s, Laserdiscs y
posteriormente con DVD. Con el paso del tiempo los sistemas karaoke se
trasladaron de establecimientos públicos (bares y similares, entre ellos
los famosos "karaoke box”) a nuestras casas gracias a equipos
portátiles e incluso basta un tan solo un computador y un micrófono para
instalar la diversión en nuestra sala (y torturar a los vecinos, dicho
sea de paso). Hay que anotar, y no está demás decirlo, que es una
herramienta útil, dinámica y entretenida a la hora de practicar lenguas
extranjeras y, en nuestro caso particular, los benditos ideogramas.
Miguel Ángel Fujita
Graduado en Literatura U.N.M. de San Marcos - Perú
Profesor de español en la A.I. de Toyokawa
E-mail: elchasquicorreo@hotmail.com